sábado, 2 de febrero de 2013

Tarta Noche de Navidad

Esa semana aparte del trabajo, tenía que hacer la tarta de aniversario de mis padres y la tarta del cumpleaños de Alba así que Raquel me dijo que no le hiciera tarta porque no iba a tener tiempo. Pobrecita, no podía dejarla sin su tarta pero sí decidí hacer algo más pequeño y sencillo. 
Acababa de hacer un curso de modelaje donde me habían enseñado a hacer un árbol y un suelo de madera; como estábamos en noviembre y estaba próxima la Navidad, se me ocurrió hacer un árbol de navidad, con un Papá Noel y algún que otro detallito y la tarta fue cobrando forma:

















El árbol de Navidad lo decoré con bolas y guirnaldas y un montón de regalos como el que esperamos tener cada año por Nochebuena,

























Un osito que acaba de coronar la estrella en lo más alto del árbol,






















Raquel y Fernando que han caído rendidos esperando la llegada de Papá Noel, después de una gran cena y unas cuantas copitas...


















Papá Noel, que acaba de dejar los regalos junto al árbol,























Rudolf, esperando pacientemente junto a la chimenea,
























En toda casa que se precie, no debe faltar la chimenea por la que pueda entrar y salir Papá Noel para dejar los regalos,

























La mesa en la que después de celebrar la Nochebuena, todavía quedaba turrón y una copita de licor para que Papá Noel recupere fuerzas,


















Y para que se cumplan los sueños de Raquel, que mejores regalos que un viaje a París y ese perrito que tanto nos pide todos los años y nunca parece llegar....


















Ha sido una de las tartas más pequeñas y sencillas que he hecho pero el resultado final .... gustó a todo el mundo, no le faltaba detalle y lo mejor de todo fue la cara de Raquel porque no esperaba nada especial por su cumple

















Siempre disfruto planeando una tarta, añadiendo detalles e imaginando lo que pensarán cuando la entrego pero lo mejor de todo llega al abrir la caja y ver la cara de sorpresa, no hacen falta las palabras, basta con ver la expresión de sus caras, lo dicen todo. En la próxima tarta, mientras los demás fotografían la tarta, yo intentaré inmortalizar la cara del homenajeado en el momento de descubrir su regalo....



















¡¡¡Ah!!! Papá Noel  se equivocó y todavía no le ha traído el perrito que tanto esperaba Raquel pero sí acertó en el viaje a París; un mes más tarde nos fuimos de vacaciones a París.

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